¿Te has
preguntado alguna vez cómo Google anticipa la palabra que estás escribiendo en
el buscador? ¿También lo hace tu
correo, con direcciones frecuentes?
Los programas
informáticos han sido desarrollados para intuir palabras o tareas que sigue un usuario, en una
actividad específica.
Básicamente, esta
llamada intuición tecnológica es el resultado de una buena programación. O
sea, el almacenamiento de datos de
referencia y el diseño de diagramas de flujo, basados en los patrones de uso de
los programas.
Con los últimos
avances en los sistemas informáticos, estos programas incorporan una serie de
soluciones, de estudios de frecuencias y adaptaciones a las predilecciones de
los usuarios, que cualquiera creería que leen el pensamiento.
Santiago Núñez,
profesor de informática del Instituto Tecnológico de Costa Rica, nos comenta
sobre cómo se entiende el concepto de intuición en los aparatos tecnológicos:
“Lo que se obtiene es que la intuición, para ponerlo primero en un contexto computacional, debería verse como un patrón de alto nivel que no es consciente, como en el caso del ser humano, que podría emularse. ¿Qué es la intuición? Detectar patrones que están correlacionados al sistema emocional.”
La intuición en
el ser humano se presenta de manera inconsciente, como un juicio rápido a una
situación específica. De hecho, parte de una gran cantidad de información que
el cerebro ha almacenado a través del tiempo y que procesa por una vía rápida.
Y en eso, se parece también a los programas informáticos.
La intuición
tecnológica es uno de los grandes atractivos de los nuevos sistemas. Se
invierte mucho en la programación que
anticipe y aligere el paso de los usuarios. Entre más intuitivas sean,
más las consideramos amigables al ser humano.
Esta
inteligencia, en sus niveles superiores, tiene la capacidad de aprender y
adaptarse al usuario, incorporando sus patrones de comportamiento más
frecuentes.
A veces no nos damos
cuenta de lo predecible que podemos ser. Estamos acostumbrados a que otros
seres humanos nos descifren, con una sola mirada, al levantar una ceja… En cambio, nos
sorprende cuando un programa, de pronto, nos ofrece lo que más queríamos… como si
supiera. ¡Pues claro que lo sabe!
Lo hemos estado comunicando con nuestras interacción repetida.
En tu vida diaria
podés encontrar todo tipo de máquinas inteligentes. Desde lavadoras modernas
con esquemas de lavado de acuerdo a la condiciones de la ropa, hasta bancos que
detectan posibles fraudes.
Probablemente,
las máquinas nunca tendrán una intuición igual a la del ser humano. Pero en eso
trabajan los informáticos, analizando cómo comprendemos el mundo, como
desciframos los patrones, cómo reaccionamos ante presión y cómo experimentamos
placer.
Guión: Alejandro Portilla y Alejandra León Castellá
Locución: Mariana Rivera