Muchas veces sentimos las llamadas “corazonadas” o
“presentimientos” en diferentes situaciones de nuestras vidas, como al conocer
una persona, al enfrentar un examen o mientras realizamos una compra.
Foto por Hans_van_Rijnberk |
Podríamos decir que la intuición es la facultad que nos
aporta algo así como explosiones repentinas de información, que no pasaron por
la deducción y el razonamiento. Vienen por otro camino, más directo.
El profesor del Instituto Tecnológico de Costa Rica,
Santiago Núñez, nos explica más sobre la intuición en el ser humano:
“En el fondo lo que nosotros llamamos intuición, en el nivel más general, ocurre en el nivel subconsciente. Al menos, la teoría psicológica lo que dice es que la intuición es la acumulación de información y un tipo de pre procesamiento que da indicadores a los cuales se le asigna valor psicológico o emocional.”
Las personas percibimos el mundo a través de nuestros
sentidos, con una valoración heredada de nuestro contexto social.
En todo momento, la cantidad de información que recibimos es
tan grande, que el cerebro necesita priorizar y agrupar. Entonces construimos
patrones, los cuales buscamos repetidamente en el ambiente, guardándolos como
cortes transversales de la realidad.
Esta habilidad para interpretar el mundo no es estática.
Podemos enseñarnos a nosotros mismos a ver lo que está escondido.
Podemos salirnos de la caja, de la forma habitual de pensar,
para adaptarnos y aprender nuevas formas de resolver problemas. Ejercitar la
creatividad, individualmente y con otros, no solo es sano, sino también muy
placentero.
Estas capacidades humanas, de análisis y adaptación, son las
que estudian las ciencias informáticas para llevarlas a sus programas. Así las nuevas máquinas se anuncian
como “inteligentes” o “intuitivas”.
Algunas cámaras fotográficas ya reconocen sonrisas y toman
la foto en el mejor momento. Anunciantes por Internet, utilizan programas que registran
los patrones de búsqueda de los usuarios y, rápidamente, les ofrecen productos
relacionados a sus intereses.
Y ni hablar de los teléfonos celulares intuitivos, que
adivinan y se adaptan a sus usuarios.
Han sido desarrollados estudiando al ser humano y sus formas de
interpretar el mundo.
De esta interacción entre tecnología y sociedad, ¿qué
podremos esperar en el futuro? De seguro, la ciencia ficción nos lo anunciará.
Guión: Alejandro Portilla y Alejandra León Castellá
Locución: Mariana Rivera