jueves, julio 25, 2013

Cronobiología, la máquina del tiempo


ESCUCHA: Cronobiología, la máquina del tiempo


Cuenta un mito griego que una joven se enamoró perdidamente de Apolo, el dios del sol. A ella le gustaba ver a Apolo cruzar el cielo día tras día, tanto que ella siguió contemplándolo hasta que su cuerpo echó raíces y se convirtió en un girasol.

Los girasoles son un ejemplo de los ritmos biológicos: un ser, que repite un movimiento día a día, un ritmo. El ritmo puede guiarse por señales externas como el Sol o internas desde adentro del organismo.


La cronobiología estudia estos ritmos funcionales de los seres vivos. Diego Golombek, cronobiólogo y divulgador científico nos cuenta sobre la importancia de que el reloj biológico pueda sincronizar estos ritmos.

Este reloj para que sirva para algo, para que realmente tenga una cierta utilidad, tiene que sincronizarse con el mundo. Porque si no está sincronizado es como tener un reloj pulsera que anda un poquito rápido, un poquito lento, al cabo de unos días se va a ver desfasado del mundo y al cabo de muchos días se desfasó completamente y pasamos de ser bichos diurnos a ser bichos nocturnos.

Existen relojes que marcan ritmos diarios de 24 horas a estos se les llama circadianos. Pero existen ritmos más cortos, los ultradianos y entre ellos tenemos el ritmo cardíaco y el de la respiración.
 

Y si te preguntás si existen ritmos mayores a un día, pues claro que sí, se les conocen como infradianos y un ejemplo es la hibernación que realizan algunos animales.
 

Este reloj interno, además de coordinar diferentes funciones internas, debe sincronizarse con el mundo, de lo contrario muchos animales hibernarían en verano y tendrían problemas para sobrevivir el inverno.

Pero a veces nuestra vida cotidiana provoca desajustes en nuestro reloj biológico, como nos explica Diego Golombek:

Cuando forzamos esta sincronización, y de hecho lo hacemos muy a menudo, nos despertamos demasiado temprano, nos acostamos  tarde o no dormimos, o bien atravesamos husos horarios hacia el este o hacia al oeste, en lo que se conoce como jet lag.  Y de pronto, para el mundo es una hora y para nosotros es otra, y tardamos bastante en acomodarnos. Esto es lo que les sucede a los trabajadores en turnos de trabajo rotativos, que una semana trabajan de día, otra de tarde, y otra de noche, y tienen graves trastornos.

Así que la próxima vez que veás la hora, recordá que existe otro reloj dentro de vos, al que también hay que ponerle atención.


Guión: Stefany Díaz
Edición: Alejandra León Castellá CIENTEC
Locución: Mariana Rivera
Técnico de Edición: Leonardo León
 
Entrevistado: Dr. Diego Golombek
Biólogo, neurobiólogo enfocado en cronobiología. Profesor de la Universidad Nacional de Quilmes e investigador del consejo nacional de ciencias de Argentina. 

Correo: dgolombek@unq.edu.ar    Facebook

ENLACES RECOMENDADOS:

Golombek, D. (2006). Cronobiología: La Máquina Del Tiempo. VII Congreso Nacional de Ciencias: Exploraciones fuera y dentro del aula (p. 17). Costa Rica: CIENTEC. Disponible en: http://www.cientec.or.cr/exploraciones/ponencias2006/DiegoGolombek.pdf

Charla del Dr. Diego Golombek en TEDx Argentina

1 comentario:

Juan Moisés dijo...

Muy buen aporte, hace unos días escribí un artículo sobre "La Cronobiología: la ciencia del tiempo" (http://juanmoisesdelaserna.es/psicologia/cronobiologia/)
Espero que le resulte tan interesante como a mí.